Para mí el color en la pintura, en la que yo hago: es una herramienta para reivindicar o rebelarme ante el oscuro panorama o la incertidumbre del día a día. Me gusta imaginarme estados positivos y armónicos, llenos de optimismo , donde podamos encontrar una ventana a la ilusión o la alegría.
La paleta colorista o la pintura colorista, no tiene porque determinar un estado de vacío o superficialidad en un trabajo …
no tiene porque evidenciar un desapego de la realidad o rechazo de la misma.
Yo lo consideraría una propuesta con otro tono vital a tu trabajo.
Mucha gente piensa que porque uses una gama o tonalidad de grises , pardos, negros… la obra tiene mas “ hondura” o mas contenido interior por así decirlo y un cuadro ( porque me refiero a pintura) tiene muchas lecturas, que van desde la composición, la pincelada, el motivo, el toque, la mancha que nos habla de una intencionalidad u otra… en fin muchos aspectos. Aparte de que el color es de las tareas mas difíciles en este trabajo, diría que la que mas. Porque para que salga una buena pieza sea del estilo que sea, realismo, impresionismo, abstracción…. hace falta controlar el equilibrio de las partes, debe de haber un orden incluso en la obra mas desordenada existe. Hay que controlar los colores, los complementarios, los primarios, las manchas, las dimensiones… en fin todo lo que hace falta saber para tener un buen oficio.
Lastima que la mayoría de la gente que se acerca a una pintura carece de estos conocimientos.
Málaga noviembre 2014
——————————————————————————————
«Para mí, ser un seductor no quiere decir ser alguien o como alguien en concreto, sino ser uno mismo optimizando los recursos propios de cada uno. Ni hay que hablar de una forma concreta, ni hay que vestirse como alguien ni lucir un estilo que nada tenga que ver contigo. Se trata de ser única y exclusivamente tú, habiendo desarrollado algunas habilidades.»
Luis Tejedor, Egoland. ( sobre un escrito de Xavier Botella)
«Elegancia es la ciencia basada en no hacer nada como los demás, pareciendo que se hace todo como cualquier otro.»
Honoré de Balzac.
